El Espíritu de la Navidad


La celebración de la llegada del Espíritu de Navidad es una tradición de origen nórdico.  

Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el Solsticio de Invierno, es decir, cuando el planeta se encuentra en el punto más lejano de su órbita respecto al sol; es la ocasión propicia para que, entre las diez y unos minutos pasada la medianoche (según el año) el Espíritu de Navidad baje a la tierra y visite a los hombres de buena voluntad que le dan la bienvenida, recibimiento que se retribuye con abundancia, paz y amor para los próximos doce meses. 

Como recibir al espíritu de Navidad
La manera más sencilla de recibir y celebrar la llegada del Espíritu de Navidad es con sana alegría, acompañando ese sentimiento con la ignición de velas rojas, doradas y violetas , siempre en números impares. La bienvenida se representa simbólicamente con la apertura de todas las puertas y ventanas, además del uso de esencias de mandarina en el hogar.

Posteriormente, se reza una oración muy personal y se procede a un acto de reflexión, pidiendo sinceramente el perdón por todas las faltas cometidas. De haberse celebrado previamente esta festividad, se recorta cada una de las peticiones de la lista del año anterior y, en la medida en que son incineradas individualmente, el momento es propicio para agradecer a Dios por los deseos cumplidos.

Después del acto de purificación, se hace una nueva lista de peticiones para el periodo venidero, siempre usando una sola cara de una hoja papel, para así contar con el espacio suficiente al momento de recortar cada solicitud. El número de las peticiones también debe ser impar, en cada una de las siguientes categorías: 
- Por la Humanidad 
- Por el País 
- Por nuestros amigos y familiares 
- Por nosotros mismos

Es importante destacar la presencia de las peticiones espirituales, pues tienen mayor fuerza que las materiales, las cuales llegarán por añadidura. Entre las solicitudes que se pueden hacer, unos buenos ejemplos serían: comprensión, armonía (en la pareja, relaciones comerciales o empresariales), salud, el abandono de malos hábitos o vicios, etc. La lista de peticiones es algo muy personal que se ha de guardar celosamente hasta el siguiente año, cuando se hace una evaluación de las solicitudes cumplidas. 

Oración de Bienvenida 
En tu nombre, Presencia Todopoderosa, doy la bienvenida al Santo Espíritu de Navidad, quien baja a este planeta con la misión de dar. Te saludo, te reconozco y te bendigo; te doy las gracias por la maravillosa labor de amor, alegría y paz que realizas. 

Abro las puertas de mi corazón y de mi hogar a tu radiación, y te reconozco como huésped privilegiado al festejo. Demando, acepto, recibo y realizo una abundante provisión para mí, para mi familia, mis amigos y para toda la humanidad ( pide salud, felicidad, prosperidad, abundancia, desarrollo espiritual y las cosas materiales que desees).

Invoco la ley del perdón, la llama violeta transmutadora y la llama rosa de amor divino, para disolver con amor todo lo inarmonioso durante estas navidades en mi hogar y en el planeta. Luz a la tierra, de manera que la paz, el equilibrio, el bienestar y la alegría llene mi vida y el mundo entero. 

Yo soy la fe que mueve montañas. Yo soy la esperanza de dar y recibir en grande. Realizo la grandeza de la magna presencia y la prosperidad que viene a otorgar la natividad. Borro en mi mente, con luz violeta, todo concepto de limitación y escasez, y no lo acepto más. 

Que el fuego sagrado de la transmutación limpie y purifique la Tierra durante estas navidades, para que el Espíritu de Navidad se encuentre bien en el tiempo que nos visita, y pueda cumplir su labor sin interferencias. Yo soy la transmutación de la llama violeta en acción, y la perfección del amado Maestro de la Natividad se manifiesta en el planeta entero por el poder del amor divino ( permanece unos instantes en silencio y visualiza la tierra envuelta en una luz violeta y rosada, después de agradecer por lo que te sucede).

El Ritual: 
La fecha indicada para celebrar este ritual es el día 21 de diciembre, entre las 10 y las 12 de la noche. Entre estas horas es cuando desciende sobre la Tierra El Espíritu de Navidad para acompañarnos durante estas fiestas navideñas. 
Para el ritual necesitamos los siguientes elementos: 
1.- 1 vela azul, 1 vela amarilla, 1 vela roja. 
2.- 1 cono o varilla de incienso de benjuí. 
3.- Esencia de azahar. 
4.- Cerillas. 
5.- Hojas de papel.  
6.- Lápiz o bolígrafo. 
7.- Tijeras. 


Simbología:
Vela azul: paz.  
Vela amarilla: alegría y felicidad. 
Vela roja: amor.  
Incienso deMirraí: paz y prosperidad. 
Esencia de azahar: amor, suerte, dinero, energía física, alegría y salud. 


Forma de realizar el ritual
Cuando tenemos todos los elementos colocamos las velas en triangulo, el incienso y la esencia sobre un altar que hemos preparado para la ocasión. 

Encendemos las velas en el sentido de las agujas del reloj, prendemos el incienso y esparcimos unas gotas de esencia por el ambiente. 

Abrimos todas las puertas y ventanas de la casa para darle la bienvenida al Espíritu de Navidad.  

Nos concentramos en silencio durante unos minutos percibiendo esa energía buena y positiva que nos trae el Espíritu de Navidad, empapándonos de ese bienestar colectivo tan anhelado, de los deseos universales de paz, amor y prosperidad para todos. Visualizamos la Tierra llena de luz, paz y armonía donde todos los seres son felices. Pensamos también en nuestros objetivos particulares, visualizamos nuestros sueños cumplidos.  

Escribimos en el papel nuestros deseos por orden de prioridad (se recomienda pedir primero por la paz, en segundo lugar por el propio país, en tercer lugar por familiares y amigos y en cuarto lugar por nosotros mismos). Es conveniente escribir la lista de deseos en renglones independientes y sólo por una cara del folio. Una vez finalizado el ritual debemos conservar este papel hasta el año siguiente.  
Si el año anterior hemos realizado este mismo ritual sacamos el papel con nuestros deseos expresados entonces. Recortamos en tiras los que se han cumplido y los quemamos en la llama de las velas dando gracias mentalmente por los deseos cumplidos.  

Dejamos que las velas se consuman totalmente. Si no disponemos de tiempo, sencillamente las apagamos dando por finalizado el ritual. 

En esta noche, la más larga del año, demos la bienvenida al Espíritu de Navidad. Cojamos su mano y dejemos que su energía nos envuelva. Olvidemos los aspectos superfluos y triviales de la celebración navideña y centrémonos en lo esencial: ser mejores con nosotros mismos y con los demás. Y de esta forma alcanzaremos la luz.


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